Pololeando
No me pude resistir y no se si vosotros pudisteis; acudí a recibir a la primavera, y por lo que pude saber otras 70.000 personas tampoco faltaron a la llamada de las hormonas y de los primeros calorcitos.
Primavera, primavera, allí no había mucha; antes de que pudiera divisar el Charco de la Pava tuve que sentar mi generoso culo en uno de los árboles que hay frente al edificio Expo; lo que sí estaban muy presentes eran las primeras afloraciones amorosas que ya se sabe que si la naturaleza se reverdece, también, lo hace el cuerpo.
Ciertas zonas de la fiesta en las que la bebida ya escaseaba se convirtieron en un mercado donde se compraba con miradas y se decían las mayores tonterías. Y no es que sea un viejo recortao, o sea se, un antiguo, como decía un ex amigo.
Oigan, este no es el verdadero espíritu de la fiesta de la primavera; su bienvenida se hizo para disfrutar del tiempo primaveral con cervecitas y vino tinto fresquito donde se charla, se canta, se baila y se hace lo que se puede. Pero no lo que yo allí vi: demasiada gente que a las siete de la tarde apenas si controlaban sus pasos y no digo ya el equilibrio, que ya se sabe que la bebida causa en las personas reacciones encontradas y allí por lo que pude ver hubo varios encontronazos.
A las nueve y media estaba de vuelta, como otros tantos, los mismos que saturábamos el puente de la Barqueta y como me apetecían unas cervecitas, y me quedé con ganas de fiesta me fui a la Alameda que por estas fechas se va convirtiendo en una buena opción y que vive durante todo el año el Flower power.
Godofredo Mesas
Primavera, primavera, allí no había mucha; antes de que pudiera divisar el Charco de la Pava tuve que sentar mi generoso culo en uno de los árboles que hay frente al edificio Expo; lo que sí estaban muy presentes eran las primeras afloraciones amorosas que ya se sabe que si la naturaleza se reverdece, también, lo hace el cuerpo.
Ciertas zonas de la fiesta en las que la bebida ya escaseaba se convirtieron en un mercado donde se compraba con miradas y se decían las mayores tonterías. Y no es que sea un viejo recortao, o sea se, un antiguo, como decía un ex amigo.
Oigan, este no es el verdadero espíritu de la fiesta de la primavera; su bienvenida se hizo para disfrutar del tiempo primaveral con cervecitas y vino tinto fresquito donde se charla, se canta, se baila y se hace lo que se puede. Pero no lo que yo allí vi: demasiada gente que a las siete de la tarde apenas si controlaban sus pasos y no digo ya el equilibrio, que ya se sabe que la bebida causa en las personas reacciones encontradas y allí por lo que pude ver hubo varios encontronazos.
A las nueve y media estaba de vuelta, como otros tantos, los mismos que saturábamos el puente de la Barqueta y como me apetecían unas cervecitas, y me quedé con ganas de fiesta me fui a la Alameda que por estas fechas se va convirtiendo en una buena opción y que vive durante todo el año el Flower power.
Godofredo Mesas
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